Una huelga masiva en el transporte público ha dejado a la capital francesa sin transporte público. Es la primera respuesta sindical a los planes del Gobierno de reformar la jubilación que incluye poner fin a los 42 regímenes especiales, entre ellos el de los trabajadores de la Compañía Arrendataria Autónoma de los Transportes Parisinos (RATP) que gestiona metro, buses y tranvías.
Diez de las 16 líneas de metro de la capital están cerradas a cal y canto. En cuatro circula un tercio de los trenes habituales pero sólo en las horas punta. En las otras dos, funcionan los metros automáticos que no tienen conductor. Sólo circula un tercio de los autobuses.
El municipio de París sólo tiene 2,2 millones de habitantes. Pero hasta 10,6 millones viven en el área del Gran París.
Una huelga como la de hoy no se veía en París desde octubre de 200, cuando el presidente Nicolas Sarkozy quiso modificar los regímenes especiales.
De hecho, el paro es el primero de una serie de protestas contra la reforma de la jubilación, una promesa electoral del presidente Emmanuel Macron de acabar con los 42 regímenes especiales y fundirlos en uno solo con cálculo por puntos.