La crisis política de Egipto parece agravarse cada día, tras los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y seguidores del depuesto presidente Mohammed Morsi, de la Hermandad Musulmana.

La tensión se ha acrecentado desde el pasado miércoles, cuando las fuerzas de seguridad desmantelaron dos acampadas de grupos islámicos en El Cairo, con un saldo de más de doscientos muertos.

En el último incidente registrado, un grupo armado atacó un convoy policial que trasladaba a una treintena de presos islamistas, pero las fuerzas de seguridad impidieron la huida de los detenidos.

Al parecer más de treinta prisioneros resultaron muertos en los enfrentamientos.

Se estima que, según las cifras oficiales difundidas hasta ahora, el número de víctimas mortales se acerca a 900 personas en los últimos cinco días.

Por su parte, el gobierno interino ha impuesto el toque de queda y está considerando declarar ilegal a la Hermandad Musulmana, el partido del derrocado presidente Morsi.