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Una telaraña cósmica en las profundidades del Universo

Noticias de Udigital
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Fue hace más de 10 mil millones de años y el Universo, aún joven, comenzó a activarse: desde esta lejana época hemos recibido la imagen inédita de una red de filamentos de gas donde se encuentran las galaxias, arrojando nueva luz sobre su historia. Similar a una telaraña gigante, esta “telaraña cósmica” ha sido predicha desde hace mucho por el modelo del Big Bang que creó el Universo hace unos 13,8 mil millones de años.
Es un depósito de gas, hidrógeno, que proporciona el combustible necesario para hacer estrellas, que cuando se unen para formar galaxias. Por tanto, es un elemento clave para reconstruir su evolución. Pero es muy difícil de detectar dada su distancia (de 10 a 12 mil millones de años luz de la Tierra) y poca luz.
El instrumento MUSE, un conjunto de 24 espectrógrafos instalados en el Very Large Telescope de ESO en Chile, logró esto, al final de una extraordinaria campaña de observación, cuyos resultados aparecen en la revista el jueves. Astronomía y Astrofísica. El equipo internacional de MUSE apuntó a una sola región del cielo, ubicada en la constelación Furnace en el hemisferio sur, durante más de 140 horas.
Después de un año de análisis de datos, los científicos pudieron capturar una imagen en 3D que revela un brillo de varios filamentos de hidrógeno, esparcidos por gran parte del cielo. Las imágenes de esta web han “destronado” a las del telescopio Hubble, que hasta ahora tenía “la imagen más profunda del cosmos jamás obtenida”, capturada en la misma constelación, subraya el CNRS en un comunicado de prensa.

Al buscar esto profundamente, MUSE actuó como una máquina para explorar el pasado, porque cuanto más lejos está una galaxia de la Tierra, más cerca está del comienzo del Universo en la escala de tiempo. Los filamentos de gas aparecieron así como estaban, “sólo” entre 1 y 2 mil millones de años después del Big Bang, una fase considerada inicial en el desarrollo del Universo.
“Tras una edad oscura en sus inicios, el Universo se ha reavivado y ha comenzado a producir muchas estrellas”, explica a AFP Roland Bacon, investigador del CNRS en el Centre de recherche astrophysique de Lyon, que ha dirigido el trabajo. “Una de las grandes interrogantes es saber qué acabó con la edad oscura”, y dio lugar a esta abundante secuencia, “llamada reionización”, prosigue la investigadora.
Observar directamente el resplandor de los filamentos se consideraba, por tanto, un santo grial de la cosmología. Porque al final, este gas, que es un residuo del Big Bang, “es el combustible, el metrónomo que hará que las galaxias se construyan y crezcan hasta convertirse en lo que son hoy”, según Roland Bacon. .
“El resultado de este estudio es fundamental, nunca habíamos visto una emisión de este gas a esta escala, fundamental para entender el proceso de formación de galaxias”, comentó Emanuele Daddi, investigador del CEA (Commissariat à l’énergie atomique), quien no participó en el estudio.
Nuestra Vía Láctea, como la mayoría de las galaxias “cercanas”, no puede proporcionar tal información, porque son demasiado viejas y mucho menos productivas en estrellas que el Universo joven, subraya este astrofísico.
Combinando la imagen 3D con simulaciones, los autores del estudio dedujeron que el resplandor de gas provenía de una población hasta ahora insospechada de miles de millones de galaxias enanas (millones de veces más pequeñas que las actuales ‘hui). La hipótesis planteada es que habrían formado una cantidad fenomenal de estrellas jóvenes cuya energía habría “iluminado el resto del Universo”, descifra Roland Bacon.
Estas galaxias enanas son demasiado débilmente brillantes para ser detectadas individualmente con los medios de observación actuales, pero su probable vínculo con la red cósmica debería tener importantes consecuencias para comprender los inicios de la reionización.

Información adicional

  • COPETE: Hace 10 mil millones de años
  • TEMATICA: Astronomía