Generalmente hablamos de la histórica final de Maracaná de 1950. Sin embargo, el partido de Uruguay y Brasil no fue una final.

Para este torneo, se había modificado la modalidad de definición. Tras la primera ronda de grupos, Brasil, España, Suecia y Uruguay se clasificaron a un grupo final de donde saldría el campeón del torneo, disputándose un cuadrangular en el estilo de "todos contra todos".

El seleccionado brasileño derrotó por sendas goleadas a los equipos europeos, consiguiendo cuatro puntos. Vale aclarar que en aquel entonces un partido ganado valía dos puntos.

Uruguay, por su parte, había tenido una irregular actuación, con una victoria sobre Suecia y un empate ante España, alcanzando tres puntos.

El destino quiso que, sin tratarse de una final, el campeón saliese de ese último partido, con la diferencia de que a Brasil le bastaba un empate. El resto ya lo sabemos.

Sin embargo, pocos saben o se acuerdan que la camiseta de Brasil era, tradicionalmente, blanca. Fue después de la tragedia de Maracaná que el país norteño decidió cambiar la misma, utilizando la amarilla y verde que todos conocemos hoy, la "canarinha", probablemente por cábala para no repetir tamaña desgracia.