El socialdemócrata Ekrem Imamoglu ha asumido hoy con un discurso conciliador el cargo de alcalde de Estambul, tras más de dos semanas de espera marcadas por las impugnaciones del islamista AKP, el partido del presidente Recep Tayyip Erdogan, que gobernaba la ciudad.
Imamoglu, de 48 años y miembro del Partido Republicano del Pueblo (CHP), pone así fin a 25 años de gobiernos islamistas de Estambul con una victoria de enorme importancia, por tratarse de la ciudad más poblada de Turquía, además de su centro económico y cultural.
Su triunfo, con una ventaja de apenas 0,3 puntos sobre el AKP, tiene también un fuerte carácter simbólico, ya que fue en la alcaldía de esta ciudad donde Erdogan comenzó en 1994 una carrera que le ha llevado a dominar la política turca como primer ministro primero y, ahora, como jefe del Estado.
El candidato socialdemócrata ganó las elecciones del 31 de marzo con sólo 23.000 papeletas de ventaja, de un total de 8,8 millones de votos, según los resultados preliminares de la Comisión Electoral (YSK).
El AKP reclamó primero el recuento de los 319.000 votos considerados nulos y luego de todas las papeletas en varios distritos, un recurso que fue parcialmente estimado por la YSK.
Según el resultado final, anunciado hoy, la ventaja de Imamoglu ha quedado reducida a 13.729 votos.
Su victoria en Estambul ha hecho de Ekrem Imamoglu una figura política nacional, y muchos ven en él potencial para disputarle el poder al AKP y a Erdogan en las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2023.
Imamoglu ha ejercido los últimos cinco años como alcalde del distrito de Beylikdüzü de Estambul.
Aunque adherido a la visión laica de su partido, no oculta que proviene de una familia conservadora, que sabe leer el Corán y que suele acudir a la mezquita los viernes, algo que le hace conectar con los sectores más religiosos del electorado.