La fotógrafa alemana Astrid Kirchherr, cuyo trabajo contribuyó a la popularidad de The Beatles a principios de la década de 1960, ha muerto en Hamburgo a los 81 años, según han informado fuentes de su entorno y varios medios alemanes.

Kirchherr conoció a The Beatles cuando aún eran un quinteto poco conocido que actuaba de forma habitual en los bares de Hamburgo. En aquella formación ya estaban Paul McCartney, John Lennon y George Harrison, pero también el batería Pete Best -luego sustituido por Ringo Starr- y el bajista y pianista Stuart Sutcliffe, que se convertiría en el novio de la fotógrafa.

Las fotografías de Astrid Kirchherr reflejaron a unos Beatles enfundados en cuero negro, con una imagen de rockers que contrastaría con la de músicos con traje y corbata que se haría habitual a partir sus primeros éxitos, ya a finales de 1962.

La leyenda cuenta que fue Kirchherr quien estuvo detrás del famoso peinado 'beatle', ya que convenció a Sutcliffe para que se cortara el flequillo sobre la frente, un estilo que adoptaría el resto de la banda y que se convertiría en su seña de identidad y en la de toda una generación.

Sutcliffe decidió quedarse en Hamburgo con la fotógrafa cuando el resto del grupo volvió a Liverpool, pero murió en 1962 de una hemorragia cerebral.

En sucesivas biografías y reportajes se ha relatado que la totalidad de la banda estuvo en realidad enamorada de la fotógrafa. Ella se consideró amiga de sus miembros prácticamente el resto de su vida y participó en numerosos proyectos documentales, libros y filmes en torno al grupo.

La época de The Beatles en Hamburgo, ciudad en la que actuaron en varias etapas entre 1960 y 1962, supuso una fase esencial en la formación del cuarteto de Liverpool, sobre todo de cara a sus directos, que pulieron en clubes nocturnos de la ciudad alemana, como refleja la película Backbeat, dirigida en 1994 por Iain Softley, en la que la relación entre Kirchherr y Sutcliffe centra una de las tramas principales.

En aquella época, y todavía con Pete Best en la batería, lograron un contrato discográfico con EMI, que en octubre de 1962 publicó su primer single, "Love me do", el primero de una imparable sucesión de éxitos a lo largo de toda la década de los sesenta.